Nota: Cuando estudiaba en la Facultad de Informática participé en la revista que hacíamos los alumnos y que se llamaba Coleópteros y Otros virus. Colaboré en muchas cosas. Di vida a algunos personajes que me sirvieron para hacer un poquito de opinión desde otro punto de vista. Ly fue uno de ellos. Sin duda eran tiempos de juegos, de encontrar mi propia mirada y de hacer experimentos con ella. El artículo que hoy recojo en este blog se escribió en octubre de 1992 y se publicó en el número 12 de dicha revista.
Tragedia y Comedia
Tu padre estará removiendo un café a la vez que lee las páginas deportivas del periódico. Tu madre estará tejiendo las mangas de un jersey que nunca te pondrás. Tu abuela parecerá dormida en el sofá y el gato me enseñará las uñas. Así, viéndoles, sabré que esos seres nunca podrán ser tu padre, ni tu madre, ni tu abuela, ni tu gato. Sabré que nunca volverás a tener un hogar desde lo de la bomba que explotó a tu puerta.
Pasaré de puntillas hasta tu habitación. Me abrirás temblorosa y malgastaremos un par de minutos en decirnos estúpidas palabras de amor. Entonces, nos miraremos a los ojos con reproche y me contarás otra historia de cuando la guerra, allá en tu país, de cuando los francotiradores serbios jugaban a matar. Me hablarás de la muerte de tu familia, de tu huida al sótano, del silencio de aquellas dos noches arropada bajo una manta; muerta de hambre, aterida de frío, llorosa de miedo... Me dirás que aquella soledad era insoportable:
- ...y así, entonces, cuando oía pasos, o al menor sonido, me sentía acompañada y empezaba a hablar con el ruido. Pero, ¿sabes?, se iba pronto y yo seguía estando sola...
Me darás, después, un beso y me iré triste pensando en lo cruel que es la humanidad.
Ly