lunes, 25 de febrero de 2008

¿Para quién escribimos?



Nota: Cuando estudiaba en la Facultad de Informática participé en la revista que hacíamos los alumnos y que se llamaba Coleópteros y Otros virus. Colaboré en muchas cosas, incluso me atreví a hacer algún artículo de opinión. Una de esas veces, intenté preguntarme para quién se escribe. De ese examen de conciencia surgió este artículo en abril de 1993 que hoy recupero para este blog.

Aquí está el original. Redacción. Editorial. Coleópteros (Nº 14, abril-mayo 1993, página 3).

Una personalización de Público
Una personalización de Público
Al escribir un artículo de opinión se pueden adoptar muchas posturas, pues lo que se busca es implicar al lector. Siguiendo esta línea, el escritor debe se un actor capaz de mutar en diversos personajes. Cuando escribo estos editoriales busco inclinar al lector, que tome partido unas veces a favor y otras en contra, pero lo que no interesa es que permanezca pasivo. Para motivar al lector a veces debo ser locuaz, o parcial, o repulsivo, u oscuro; dependerá. Muchas veces es la ironía un buen arma para dicha motivación, pero la ironía es difícil de usar, pues debe ir unida a la exageración, lo que suele provocar muy a menudo que alguien o algo sea ridiculizado, lo que lleva a ciertas personas a sentirse ofendidas.

Esta misión del escritor se ve mermada posteriormente por la interpretación personal del lector, quien puede ver cosas no dichas, o al contrario. Es decir que no capte la totalidad del mensaje o que lo transforme. Es un cierto peligro que corremos. Este punto de la interpretación ha creado múltiples polémicas entre los estudiosos de la lengua escrita: ¿En quién debe pensar el escritor a la hora de escribir?, ¿en un público de un determinado nivel cultural?, ¿en abarcar el mayor espectro social?, ¿en un cínico lector? o ¿en uno mismo?. Elijamos la que elijamos, nos equivocaremos. Pecaremos, bien por no tener en cueca a los demás, bien por tenerlos demasiado en cuenta y sacrificar parte del mensaje a cambio de un mayor público.

Tomadas las anteriores decisiones (a quién va dirigido y de qué lado le queremos) es hora de empezar a escribir. A partir de aquí daremos rienda suelta a nuestro estilo, experiencia, dudas, vocabulario... Y todo ello lo encauzaremos dentro del sangrado de la página, sobre la letra que vamos a imprimir, con dos ideas fijas:

  • Mostrar unas opiniones que consideramos positivas, o negativas, defendiéndolas, o atacándolas, lo mejor posible.
  • Motivar en el lector una reflexión sobre dichas opiniones.

El acto posterior de convencer debemos matizarlo. No es objetivo prioritario de un escrito, aunque es aconsejable. Generalmente está muy relacionado con el carácter del autor -aumenta su vanidad, ratifica su idea de infalibilidad, acrecienta su falta de indulgencia-. Sin embargo, el convencer (o conquistar) al lector debemos limitarlo: no debe enfrentarse a la tolerancia.

Hemos encontrado, pues el valor principal que debe guiar tanto a los escritores como a sus lectores: LA TOLERANCIA, o lo que es lo mismo, el respeto a toda opinión, aunque no nos identifiquemos con ella.

Pero no quiero quedarme en esta simple teoría periodística. Deseo que dicha teoría sea una metáfora de la vida en general y que la tolerancia sea el valor que mida nuestras vidas de personas.

lunes, 18 de febrero de 2008

Si votamos los echamos



Nota: El 11 de de septiembre de 2004 escribí un artículo de opinión política para que la derecha no siguiera gobernándonos. Hoy lo recupero para este blog.

Para este artículo se ha utilizado un cartel obtenido de la web de la asociación No nos resignamos para la campaña del mismo nombre, en la que se nos pedía que acudiésemos a las urnas para evitar que la derecha pudiese continuar gobernándonos otros cuatro años más.

Pegatina de la campaña
Compañeros, os hago un llamamiento para que desde vuestras ilusiones de progreso social convirtamos en un hecho el deseo de cambio que albergamos. Os pido vuestra colaboración para que entre todos cerremos el paso a la política del PP que nos está atosigando. Acabemos con esa forma de hacer que nos han impuesto usando injustamente su mayoría absoluta, que solamente ha fomentado el enfrentamiento de los unos con los otros, la descalificación y la intolerancia con la que han tratado a todo aquel que opina diferente a ellos. Acabemos con una política de humillación, que manipula constantemente la información en su propio beneficio.

Terminemos de una vez con este gobierno que nos promete un futuro de beneficio empresarial a cambio de nuestra explotación, un beneficio a toda costa que sólo enriquece los mismos bolsillos anquilosados de siempre y de sus descendientes. Terminemos porque otro mundo es posible.

Dejemos de penalizar a los más desprotegidos; no pongamos muros que impidan la mezcla natural de las diferentes culturas y la diversidad de ideas; crezcamos en unos espacios de respeto que el pensamiento único nos había cerrado; habitemos casas de balcones abiertos porque existe paz y libertad.

No insisto, si pensamos un minuto todos tenemos un motivo para echarles.

Os hago este llamamiento porque sé que entre todos podemos. SI VOTAMOS LOS ECHAMOS. Por mí que no sea.

lunes, 11 de febrero de 2008

La memoria histórica



Nota: El 31 de agosto de 2004 escribí un artículo hablando de memoria histórica. Hoy lo recupero para este blog.

Para este artículo se han utilizado los carteles de los siguientes autores: Mauricio Amster (Ministerio de Instrucción Pública, 1937), Joseph Reanu (Reforzad las filas, 1937) y Pérez Contel (Solidaridad, 1937). Todos estos carteles han sido obtenidos del magnifico web de la Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores.

Las milicias de la cultura
Las milicias de la cultura. Mauricio Amster (Ministerio de Instrucción Pública, 1937)
Últimamente leo muchas novelas que se desarrollan durante nuestra guerra civil y su posguerra. La mayoría me cuenta una historia novelada que me interesa desde la primera línea y despierta mi curiosidad. Poco a poco, todas estas novelas están presentándome una realidad que se entrecruza y extiende entre todas ellas. Aparecen personajes que compruebo son reales y que viajan de una historia a otra. ¿Coincidencias? No. El deseo de recuperar una memoria histórica de la España republicana y el orgullo de mostrar aquellas personas admirables que deberían ser paradigmas del comportamiento humano.

¿Dónde está nuestra historia reciente? Es una pregunta que trato de resolver personalmente, ya que he percibido que una gran parte del siglo XX nunca me fue enseñada. Mi educación, y la de varias generaciones de españoles, está llena de lagunas unas veces y de mentiras otras. La historia de España que se enseñó y se enseña en nuestras escuelas es una historia segmentada, manipulada y tergiversada. Una historia que nuestra transición política a la democracia sacralizó al no permitir removerse el pasado, ya que veía en ello una amenaza de vuelta atrás que se empeñó en señalar como un camino equivocado, lleno de sangre, que todos debíamos olvidar.

Reforzad las filas
Reforzad las filas. Joseph Reanu (Partido Comunista, 1937)
Debemos recordar que nuestro regreso a la democracia significó una vuelta a la monarquía manteniendo todos los símbolos y estructuras franquistas y olvidando que la II República fue en todo momento un gobierno legítimo elegido por el pueblo, que representó unos ideales de progresismo, igualdad y libertad que no hemos vuelto a recuperar. Una República que comenzaba a reformar nuestra sociedad con un ímpetu de modernidad que nos hubiera puesto a la cabeza de Europa, de una Europa que nos miraba llena de ilusiones y esperanzas.

Solidaridad
Solidaridad. Pérez Contel (Socorro Rojo Internacional, Comité Provincial de Valencia, 1937)
Para mí nuestra guerra civil y posguerra es un tema abierto que nos atañe a todos. La derecha (los rebeldes, la dictadura que instauraron después durante cuarenta años, la cobarde transición política continuista) desarrolló mecanismos psicológicos unas veces de culpa y otras de dolor, impuso el miedo como método de dominación político, nos convenció de que aquél fue un periodo maldito que no debería recordarse en ningún momento y organizó la desmemoria colectiva como un bien objetivo. Ahora, tenemos la obligación de exigir el recuerdo y homenaje a los que lucharon por la república y sus ideas, por el progreso y la igualdad. No podemos permitir que nos borren la historia, que se queden en sus poltronas con una risa burlona, que clamen al cielo y se desgarren las vestiduras cada vez que queremos saber y reconocer mientras nos acusan de indignos. No puedo olvidarme de las Brigadas Internacionales, de cómo jóvenes de todo el mundo se acercaron a nuestros compatriotas para ayudar a defender con su sangre esas ideas de progreso que compartían; no me puedo permitir pensar que se sacrificó su esperanza sin más y que se pasó página por el bien nacional.

Pienso en los muertos enterrados en fosas comunes, en el dolor y la incertidumbre de sus familias. Pienso, más aún, en los vencidos a los que se acalló; en aquellos que fueron humillados, en los que fueron torturados, en los que no pudieron honrar a sus muertos. Todos ellos, derrotados, tuvieron que guardar un silencio respetuoso que no dañase los oídos del represor y cruel vencedor. Es imprescindible rendir homenaje a los que aún están vivos y que cada uno de ellos reciba la debida reparación y reconocimiento de forma honesta y pública, y hay que hacerlo ahora, antes de que estén todos muertos. Mis esperanzas en el ser humano dependen de ello.

lunes, 4 de febrero de 2008

Izquierda Unida



Nota: El 2 de de septiembre de 2004 escribí un artículo de opinión con el que explicaba mis motivos para apoyar la formación política de Izquierda Unida. Hoy lo recupero para este blog.

Para el artículo se han utilizado elementos gráficos obtenidos de la web de Izquierda unida. A pesar de que los tiempos cambian y los logos se actualizan he preferido mantener los que se utilizaban en el momento de escribir el artículo.

Logo de Izquierda unida
Logo de Izquierda unida
Durante muchos años no voté, mantenía la utopía de que el día que fuésemos mayoría los abstencionistas llegaría el momento de comenzar a cambiar el sistema. Creía que se podía vencer al capitalista no participando y que nuestros representantes políticos se verían obligados a pensar al descubrirse su farsa. Hace algunos años me di por vencido al comprender que mi no participación activa nunca sería representativa de nada. Si deseaba la III República como símbolo del progreso humano tenía que empezar a ayudar. Volví a apoyar al partido comunista y por extensión a la coalición Izquierda Unida. Ahora veo con preocupación el descenso de votos en IU. Me paso las diferentes noches electorales pegado al ordenador, consultando los resultados que van saliendo. Empiezo con la ilusión de que subimos, pero en seguida me encuentro con el triste conformismo: al menos que no baje el porcentaje de nuestros escrutinios. Luego me enfado y me pregunto por qué. En mi entorno los que compartimos esta ideología somos mayoría, la fiesta del PCE en Madrid rebosa de público, vaya donde vaya veo a muchos que se expresan como «rojos», constantemente escucho a personas pidiendo un gobierno real de izquierdas o quejándose de la derecha, de la falta de políticas sociales; pero en las urnas siempre me equivoco. Unas veces es el bipartidismo dominante y la absurda idea del voto útil, otras la caricaturización de nuestros líderes por gran parte de la prensa de este país que los presenta como fantoches desfasados.

IU es una formación moderna, llena de personas muy válidas que se pasan horas en la calle organizando actos -sociales, culturales, políticos...- para el beneficio de todos; que están allí siempre que se les necesita para pelear por los derechos de cada uno y el bien común, para señalar las injusticias que se cometen, sin hacer nunca la vista gorda al poder y exigiendo las respuestas y los cambios debidos. Son personas honestas, con una sólida formación política y las ideas claras, con las soluciones en la mano y dispuestas a adquirir compromisos. ¿Qué le falta entonces para que sea considerada alternativa de gobierno?

Nuestro país mantiene un sacrosanto miedo nacional a los comunistas alentado desde muchos lugares. El partido comunista mantiene una identidad claramente marxista y republicana, esa es su esencia; pero, a su vez, es un partido que ha evolucionado por el impulso de unos líderes reflexivos que entienden el mundo que les ha tocado vivir y con capacidad para hacer política con la cabeza y el corazón -incluso diría con principios y sin falsas nostalgias-. Esa evolución llevó al PCE a integrarse dentro de la coalición IU, debilitando así sus siglas, apostando por una modernidad en concordancia con otras fuerzas políticas y ahuyentando el miedo ya citado.

Izquierda unida avanzando
Izquierda unida avanzando
Dice Gaspar Llamazares que con la llegada de los socialistas al gobierno se vive un proceso de regeneración política en que debemos colaborar e influir y que IU debe convertirse en «la izquierda de la justicia social con la alternativa, ecologista, pacifista y feminista». Para ello será necesario fomentar aún más la participación de diferentes corrientes con nuevas visiones, propiciar una mayor apertura, acceder a nuevos sectores y seguir buscando constantemente una mayor presencia en la sociedad.

Creo que todos estos deseos ya estaban dentro de nuestro ideario. IU mantiene las mismas raíces obreras, preocupándose por la falta de empleo de calidad, gritando porque nuestros jóvenes no tienen un claro futuro en el mercado laboral e indignándose porque los beneficios de nuestra industria no se invierten en modernizar nuestro tejido productivo sino en enriquecer a una minoría de empresarios. IU mantiene los mismos ideales de libertad, igualdad y progreso, se ha opuesto a la guerra de Irak, ha defendido banderas a las que otros se han apuntado más tarde, nos ha informado de lo que muchas veces ha callado la prensa dirigida por intereses económicos, ha avanzado con las mujeres en la defensa de los mismos derechos y deberes que los hombres, ha apoyado la cultura, ha impulsado la tolerancia social apoyando colectivos marginados o minoritarios, ha contado con el medio ambiente y con las personas en todo momento.